Nuestros valores

No son lemas vacíos, sino principios que intentamos seguir cada día. Son nuestra guía para construir la Iglesia, las relaciones y nuestra vida personal con Dios.

1. Vivir cerca de Dios – cada día

Para nosotros, la fe no es un añadido a la vida, es su fundamento. Queremos construir la vida en torno a la relación con Dios, no en torno a programas o eventos.

  • Buscamos Su presencia cada día, no solo el domingo.
  • Creemos que apoyarnos en Su Palabra, la oración y la guía del Espíritu Santo son clave en cada decisión, tanto personal como comunitaria.
  • Confiamos en que Dios actúa de manera real también hoy y queremos estar abiertos a Su voz y guía.

2. Autenticidad y sencillez en lugar de formalidad

No nos importa el "efecto wow", nos importa la verdad.

  • Queremos hablar de Dios de una manera sencilla y comprensible, sin lenguaje religioso.
  • Creemos que la adoración sincera puede ocurrir en cualquier lugar, incluso con una sola guitarra.
  • No necesitamos un escenario ni luces para experimentar a Dios, necesitamos Su presencia.

3. Crecimiento y discipulado

La fe es un camino, no un punto de partida.

  • Queremos ayudarnos mutuamente a crecer: espiritual, emocional y en la vida.
  • El discipulado no es un curso, es una relación, un camino compartido en el que aprendemos de Jesús y unos de otros.
  • Creemos que todos pueden crecer e influir en su entorno; no existen los creyentes "pasivos".

4. La Iglesia es una comunidad, no un escenario

No construimos en torno a una persona, sino en torno a las personas.

  • La comunidad son relaciones, no programas. Queremos conocernos, apoyarnos y estar ahí los unos para los otros.
  • Formamos un equipo de líderes que toman decisiones juntos; nadie "dirige la Iglesia desde arriba".
  • Los líderes no son celebridades. Su papel es ayudar a otros a crecer y servir.

5. Una Iglesia para la ciudad, no para sí misma

Creemos que la Iglesia existe para servir a los demás.

  • Queremos llegar a las personas que aún no conocen a Dios, a través de relaciones, acciones y nuestra presencia en la ciudad.
  • Ayudamos de forma práctica: si es necesario, organizamos apoyo, ayuda, oración, un hogar abierto.
  • Servimos no solo a "los nuestros", sino también a extranjeros, inmigrantes y a quienes están solos o necesitados.

6. Flexibilidad y obediencia en lugar de una estructura rígida

No tenemos plantillas predefinidas. Queremos escuchar a Dios y adaptarnos a las necesidades reales.

  • No copiamos un único modelo de Iglesia. Buscamos las formas que mejor funcionen en un lugar y momento determinados.
  • No iniciamos ministerios si no hay personas para ellos. No actuamos por actuar, actuamos cuando vemos sentido y fruto.
  • Estamos abiertos al cambio; si algo no funciona, somos capaces de detenerlo.

7. Toda la vida con Dios, no solo la "parte espiritual"

Creemos que la fe abarca todas las áreas de la vida.

  • Queremos vivir en plenitud, no para nosotros mismos, sino para Dios.
  • Hablamos del arrepentimiento, la nueva vida, el bautismo y la guía del Espíritu, no como teoría, sino como una realidad cotidiana.
  • Miramos la vida desde la perspectiva de la eternidad: sabemos hacia dónde vamos.